La aerolínea Ryanair ha generado revuelo en redes sociales tras reaccionar con un escueto "ya era hora" a una publicación sobre un polémico diseño de asientos que podría implementarse en vuelos comerciales a partir de 2026. Se trata de los llamados Skyrider 2.0, un modelo que obliga a los pasajeros a viajar en posición semierguida, con el objetivo de aumentar la capacidad de los aviones y reducir los costes operativos.
Estos asientos, desarrollados por la empresa italiana Aviointeriors, permiten a las aerolíneas incorporar hasta un 20% más de pasajeros en trayectos de corta duración. Aunque su uso aún no ha sido aprobado oficialmente, algunos reportes apuntan a que podrían superar las pruebas de seguridad necesarias para su implementación dentro de poco más de un año.
No obstante, la posible llegada de este tipo de asientos ha suscitado una fuerte polémica. Críticas por la falta de comodidad, los problemas de accesibilidad para personas con discapacidad y las dudas en torno a su seguridad en caso de turbulencias se han multiplicado en los últimos días. A nivel público, muchos usuarios los han calificado como "clase ganado", reflejando el malestar general ante un posible nuevo recorte en la experiencia de volar.
ya era hora https://t.co/qI9qAOlFyp
— Ryanair España (@Ryanair_ES) May 22, 2025
Por el momento, no existe confirmación oficial ni por parte de las aerolíneas ni de Aviointeriors sobre un lanzamiento inminente. Las afirmaciones que apuntan a 2026 como fecha clave para su despliegue se basan en previsiones no verificadas, por lo que se mantienen en el terreno de la especulación.
La respuesta de Ryanair no ha hecho más que reavivar el debate. La aerolínea irlandesa, conocida por su modelo de bajo coste y por su agresiva estrategia comercial, ha sido durante años objeto de críticas constantes por parte de pasajeros descontentos con sus servicios. Desde la estrechez de sus asientos hasta la ausencia de comodidades básicas como pantallas de entretenimiento o comida gratuita, los motivos de queja son numerosos.
Uno de los aspectos más controvertidos del modelo de negocio de Ryanair es la proliferación de tarifas adicionales. Servicios que en otras compañías están incluidos en el precio del billete, como la facturación de equipaje o la elección de asiento, suponen un coste añadido en Ryanair, lo que a menudo genera sensación de engaño entre los usuarios.
Reciente despedida de Jerez
La compañía, pese a las críticas, sigue siendo una de las más utilizadas en Europa por su política de precios bajos. Sin embargo, su reputación pública ha sufrido un desgaste importante con el paso del tiempo. Las quejas no han impedido su expansión, pero sí han marcado su imagen ante la opinión pública.
En este contexto, Ryanair ha abandonado recientemente el Aeropuerto de Jerez, tal y como había anunciado meses atrás. Con la llegada de abril, la aerolínea dejó de operar rutas clave como las de Barcelona, Londres y Palma de Mallorca, dejando vacías las oficinas que ocupaba en el aeródromo jerezano.
El propio Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair, protagonizó varias declaraciones polémicas en torno a esta retirada. En una entrevista concedida a El Mundo, culpó a Aena del abandono de los aeropuertos regionales por parte de su compañía, e incluso llegó a mostrar un cartel con el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, caracterizado como un payaso. Una nueva muestra del estilo provocador que acompaña a la aerolínea desde hace años.