Era inevitable que con la celebración de un pleno menos de una semana después de haber concluido la Feria de Jerez esta sesión de final de mayo no se abriese al debate sobre lo acontecido en el Real del González Hontoria. La alcaldesa, María José García-Pelayo, ha querido rebajar los decibelios de ciertas críticas por problemas eternizados en la gran fiesta jerezana: reconociéndolos sí, pero dejando claro en paralelo que, como sucede en otras grandes celebraciones masivas en España, "la perfección es imposible".
La reacción ha llegado a raíz de dos preguntas, en la sesión de control del pleno, de los concejales socialistas Gabriel Fabregat y Cristina Jiménez, que han interpelado al equipo de gobierno en relación a los problemas de acceso de jóvenes a ciertas casetas y, al tiempo, por las quejas vecinales del entorno del parque, especialmente en relación al ruido. Nada nuevo, por otra parte, feria tras feria.
"Lo que depende de este gobierno sí lo estamos controlando. Somos conscientes de que el albero hay que ponerlo nuevo, pero también somos conscientes que lleva con boquete años. Por favor, vamos a insistir, vamos a tomar medidas, y vamos a insistir en lo bueno que tiene nuestra ciudad y en lo bueno que tiene nuestra Feria, partiendo de algo, que somos conscientes de que la Feria perfecta es imposible", ha replicado la alcaldesa, después de que su delegado de Cultura y Fiestas, Francisco Zurita, haya asegurado que la Feria, "técnicamente, no ha acabado"; pues aún están evaluándose las actas de inspección incoadas y las posibles infracciones a la ordenanza reguladora que hayan podido cometerse por los diferentes actores de esta fiesta.
Molestias vecinales: "Lo que no podemos es cambiar la Feria de sitio"
"Este año se ha notado un aumento del volumen de decibelios en determinadas casetas que, según la información de la que disponemos, no ha sido debidamente controlado por el Ayuntamiento. Creemos que existe margen para mejorar el control sobre los niveles de ruido", ha dicho la edil socialista. A lo que Zurita le ha respondido: "Lo que no podemos es cambiar la Feria de sitio. Sería la única manera de evitar molestias a los vecinos. Pero también le digo que, independientemente de que alguna caseta se haya salido de tono, que se verá cuando tenga los informes, la apreciación general es que por término medio ha habido bastante menos ruido. Y se lo digo yo que vivo en la zona".
Y aquí Pelayo ha zanjado el debate, justo antes de dar carpetazo a la sesión: "Vamos a trabajar, vamos a analizar todos los problemas que haya podido generar la Feria, pero les insisto: los ruidos han existido siempre en la Feria, siempre. Boquetes en el albero, siempre. Personas que no pueden entrar en casetas, siempre. Entonces, por favor, seamos serios, seamos responsables, no nos echemos piedra contra nuestro propio tejado.No podemos esperar que Jerez crezca, que tengamos la Feria más bonita del mundo, si nuestros propios grupos políticos no hacen más que criticar la Feria de Jerez".