La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Puerto Real atraviesa una situación complicada derivada de la falta de médicos intensivistas y la paralización de una importante obra de mejora. Según fuentes del centro, las dificultades se arrastran desde hace meses y la falta de información oficial ha generado incertidumbre tanto entre los profesionales como en los sindicatos.
La obra, que comenzó el año pasado, permanece detenida desde hace más de tres meses, según señalan trabajadores del centro hospitalario. Diversos retrasos administrativos han ralentizado el avance. Según se ha trasladado de manera informal a algunos profesionales, la empresa adjudicataria habría abandonado el proyecto tras negarse a asumir un sobrecoste imprevisto.
La UCI sigue funcionando en el centro, pero no con la infraestructura que necesita. "Las camas van muy juntas, solo están separadas por una cortinita o por un biombo. Eso no es lo más idóneo", explican fuentes del personal. Desde el Servicio Andaluz de Salud se aseguraba en febrero que la obra afrontaba la fase de construcción de la nueva estructura para ampliar la superficie. La delegada de Salud y Consumo comprobó el estado de las actuaciones, que cuentan con la mayor inversión en infraestructuras desde que se abrió el centro, de 5,5 millones de euros.
La obra de la UCI del Hospital Universitario de Puerto Real afronta la fase de construcción de la nueva estructura para ampliar la superficie https://t.co/UgxyRGEgl0
— Hospital Puerto Real (@HosPuertoReal) February 25, 2025
Además, la UCI ha tenido que reestructurar su actividad. Aunque el número total de camas se mantiene (doce más tres de contingencia), el personal se ha visto reducido significativamente. En lugar de dos facultativos por guardia, actualmente solo hay uno, lo que ha generado una sobrecarga insostenible en un hospital que, además, es altamente dependiente del servicio de cuidados intensivos por la ausencia de ciertas especialidades que sí existen en otros centros como el de Cádiz.
El sindicato CSIF se ha pronunciado para denunciar la falta de medidas por parte de la dirección-gerencia para cubrir el déficit de facultativos, que ya asciende a cuatro y será de cinco en junio por la baja de paternidad de un profesional. Según indican, se ha llegado incluso a proponer a una médica de otro departamento, exenta de guardias por edad desde hace dos años, para cubrir turnos en la UCI, una decisión que ha generado malestar entre los trabajadores.
Los médicos intensivistas continúan acumulando entre 270 y 290 horas de trabajo al mes, una carga horaria que se mantiene desde la pandemia. Esta sobreexposición laboral ha derivado en un elevado nivel de estrés, desmotivación y dificultades para conciliar la vida personal y profesional, según advierte CSIF. La situación, afirman, está poniendo en riesgo la calidad asistencial del hospital.
El impacto también se ha hecho notar en la actividad técnica de la UCI, ya que varias intervenciones han tenido que derivarse a otros servicios como Anestesia o Cardiología por falta de espacio físico tras el cierre del área en obras. A pesar de ello, el centro continúa atendiendo a los pacientes sin derivaciones externas, aunque con recursos y personal limitados.
La respués de la gerencia
Desde la dirección-gerencia del Hospital de Puerto Real se ha respondido que el personal se ajusta a las necesidades asistenciales actuales. Niegan que solo haya un profesional de guardia hasta las ocho de la tarde y aseguran que se mantienen los refuerzos en fines de semana y en turnos de mañana. También niegan que se haya obligado a ningún profesional a realizar guardias fuera de su unidad habitual.
Sin embargo, desde CSIF insisten en que ni la dirección ni el Servicio Andaluz de Salud han ofrecido soluciones eficaces. Alertan de que la falta de gestión en la cobertura de personal está dañando seriamente la sanidad pública y afectando tanto a los profesionales como a los más de 350.000 habitantes que dependen de este hospital para recibir atención crítica especializada.