Una Feria de Jerez cada vez más 'concertada'

Dinero público y uso privado: las nuevas ordenanzas de la Feria del Caballo no atajan un tema como la privatización, que sigue en aumento

26 de mayo de 2025 a las 20:31h
Últimos bailes el sábado por la noche en la Feria de Jerez.
Últimos bailes el sábado por la noche en la Feria de Jerez. MAURI BUHIGAS

El pasado domingo, la alcaldesa Pelayo hizo un primer balance de la Feria del Caballo de Jerez. Decimos lo de "primer" porque emitió un comunicado un tanto tempranero –que además pasa de puntillas sobre determinados aspectos de un evento sin duda complejo– por lo que damos por supuesto que se seguirá hablando de la Feria durante varios días.

Pelayo, además de tempranera, estuvo rápida, que no es exactamente lo mismo, rápida al ver que ella, como capitana del equipo, era la que tenía que 'salir' y asumir la responsabilidad y dejar, llegado el caso, para el sufrido delegado de Fiestas, Francisco Zurita, el habitual tostón de cifras (afluencia, recogida de basuras, servicios prestados, etc), que bastante mal lo ha pasado en los dos últimos meses con todo lo que se ha formado con el desplazamiento de algunas casetas, la presentación de acciones judiciales (CCOO y Los Andaluces) e incluso la renuncia de algunas de casetas clásicas (El Corte Inglés) a instalarse en los módulos propuestos. 

El balance de Pelayo es positivo, como no podía ser de otra manera. Lo hubiera sido en cualquier caso, pero un año en el que se estrenan ordenanzas –que han sido propuestas, redactadas y aprobadas por el propio PP– es una obviedad absoluta: no vas a decir de ti mismo que te has equivocado o, peor aún, que has fallado. "Hay que mejorarla"... concedió Pelayo. Sí, claro. Pero la alcaldesa incide en temas que se pueden subsanar de manera fácil, con algo más de dinero. Por ejemplo: que hay que echar más albero, pues se echa; que hay que seguir renovando infraestructuras, pues se hace; que el alumbrado nuevo está bien, pero las zonas laterales, 'como que', pues ya lo vemos para el año que viene... cuando esos no son problemas reales de lo que ocurre en el Real, los problemas son más bien de concepto, de identidad, de los que hacen que quepa preguntarse cómo va a ser a medio plazo esa Feria abierta con la que se llenan los políticos la boca...

Privatización evidente

Sin duda, el principal problema de identidad, mucho más allá del que se ha querido subsanar acotando las 'casetas-discoteca', es el del acceso a todas las casetas, que ha entrado en un evidente proceso de privatización, de 'sevillanización', como se ha bautizado por parte de algunos desde que comenzó la algarada de las casetas removidas. En realidad, este fenómeno no es nuevo, porque en el Real siempre ha habido doce o quince casetas, perfectamente conocidas por todos los jerezanos, que han aplicado sus propios criterios en cuanto a la libre entrada. El caso es que ese fenómeno, lejos de atajarse, sigue aumentando y lo hace mediante todo tipo de trucos, desde el día de socio –todos los días pueden ser el 'día del socio', como ese viejo aforismo que se veía en los bares de 'hoy no se fía, mañana sí'–, el "está todo reservado" y solo hay par de mesas ocupadas a las diez de la noche o hacer mención a la supuesta vestimenta 'impropia' de quien quiere acceder, básicamente no ir 'togado' (léase chaqueta) en lo que se refiere a los hombres. Se usa una ingente cantidad de dinero municipal para un uso que, cada vez más, se reconoce privado. 

Cualquiera de estas fórmulas más allá del 'solo socios' sigue creciendo y lo hace en progresión, porque ahora también hay casetas de grupos de amigos de la pequeña burguesía que, digamos, cada vez en mayor medida estiman que tienen los mismos derechos consentidos tradicionalmente a los aristócratas, terratenientes y su particular concepto de la caseta 'modo club inglés'. Por eso, incluso, al menos dos de las nuevas casetas en el Real (dos de la polémica de las reubicaciones) no se han molestado en disimular lo más mínimo en cuanto a las normas de acceso –las suyas–, a sabiendas de que, al final, al gobierno municipal (porque no es cosa solo de este, viene ocurriendo desde siempre... cuando se utilizaba el 'y a ti qué se te ha perdido ahí') le cuesta un mundo adoptar una medida disciplinaria tan importante como el traslado o incluso la no concesión de la caseta. Cómo será el tema que este cronista conoce un caso de un socio al que esta Feria le han negado dos veces el acceso ¡a su propia caseta!

El gobierno municipal debe tomar cartas en el asunto o aclarar definitivamente qué está permitido y qué no: si va a haber casetas privadas que se reconozca abiertamente y tengan sus propias tasas en el Real, por ejemplo. Y siempre, siempre, dejar claro quién manda –el Ayuntamiento– porque tiene las herramientas para ello. ¿Recuerdan esa frase de los bancos que decía algo así como 'rentabilidades pasadas no garantizan beneficios futuros'? Pues en todo su intercambio de documentación con los caseteros, debería figurar algo así como 'recuerde que estamos hablando de una adjudicación municipal' para que nadie piense que tiene derechos adquiridos sobre un sitio –algo válido para todos– a los que además pretenda ir sumando su 'propio hacer', no necesariamente bueno...

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